La agenda de contactos de "La Tartamuda", se dividía en dos: un cartel y un obituario y se refería a ellos como un payaso de piñata.
Siempre los invocaba o los referenciaba en presente y, según el caso, con una expresión particular: "yo tengo un amiguito, se llama Esgar(...) que mataron" o "yo tengo un amiguito, que fue mi ess (...) que está encanao"; y para cada uno había una anécdota.
El ruido del lugar sólo me dejó escuchar que le dijo al mesero "ve bizcocho, traéte un tello de Champán". Me dije, "después de 100 dólares es Champán, antes de eso es Cariñoso", pero bueno, lo peor no era que lo podía pagar, lo pero era que yo estaba ahí.
Después de varios ídolos del despecho y la música popular y con el Champán en la cabeza, se sienta a mi lado y me dice "ve papi, ¿que te parece si mandamos traer un racimo de fresas?".
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